José Vicente Haro
“Somos cómplices de este exceso de
finalidad que hay en el objeto. Inventamos todas las estrategias con la
esperanza de verlas resolverse en un acontecimiento inesperado. Inventamos todo
lo real con la esperanza de verlo resolverse en un artificio prodigioso.
Esperamos de cualquier objeto una respuesta ciega que turbe nuestros
proyectos”.
Las
estrategias fatales
Jean
Baudrillard
En
los últimos cuatro meses he podido estar en, al menos, 17 ciudades o
poblaciones de 13 Estados del país: Barcelona, Barquisimeto, Caracas, Coro,
Cumaná, Maracay, Maracaibo, Mérida, Puerto Ordaz, San Carlos, San Cristóbal,
Santa Barbará del Zulia, San Juan de los Morros, Tovar, Valencia, Valera, EL
Vigía, entre otros, dando charlas o conferencias a las que he sido invitado para
debatir o exponer las diferentes vías constitucionales, democráticas y
electorales para un cambio de Gobierno en Venezuela, lugares donde he podido
expresar mi opinión al respecto y sobre cada una de ellas.
En
el curso de ese recorrido, cuando la MUD, el 8 de marzo de 2016, anunció la
hoja de ruta para un cambio de Gobierno por vías constitucionales y
democráticas, como muchos ciudadanos, interpreté que la propuesta de la MUD -de
incluir todas las vías constitucionales viables dentro de esa hoja de ruta-,
obedecía a una verdadera estrategia para concretar el cambio.
Ahora,
sin embargo, para esta fecha, 24 de abril de 2016, he podido evidenciar que no
fue así, lamentablemente. La MUD el 8 de marzo de 2016 como ya lo han declarado
varios de sus dirigentes, a falta de un acuerdo unitario, decidió incluir todas
las vías o alternativas que defendían los diferentes sectores o partidos de la
MUD, como una solución salomónica a un punto en el cual no hubo y, todavía, no
hay un total acuerdo.
Dentro
de quienes creemos en la democracia y en el pluralismo político, consideramos
lógico y hasta necesario que dentro de la oposición se tengan y defiendan
diversas visiones y opciones políticas en temas que son del interés de todos
los venezolanos. Yo mismo, en este tema en particular tengo mi opinión y
apreciación sobre cuál debería ser la vía más idónea, integral y verdaderamente
necesaria no sólo para un cambio de Gobierno en el país, sino para el cambio
del sistema o del modelo que se nos ha impuesto en los últimos 17 años y que
también tiene sus antecedentes en modelos que se implementaron desde 1958 e,
incluso, décadas pretéritas, en Venezuela.
Sin
embargo, escuchando a la gente, a los ciudadanos, en los diferentes lugares y
ciudades a los cuales he podido ir hasta ahora, debo reconocer que la mayoría
pide y, hasta reclama, una estrategia unitaria sobre la vía, mecanismo o camino
constitucional, político y electoral que todos los venezolanos debemos recorrer
para lograr el cambio que tanto reclama Venezuela y que hasta el momento no se
ha concretado y corre el grave riesgo de no poderse concretar. En este sentido,
todos debemos hacer el esfuerzo de ceder en nuestra apreciación particular y
dar margen a una estrategia unitaria que
verdaderamente sea capaz de lograr el objetivo común que necesita Venezuela,
para poder concentrar TODOS nuestros esfuerzos en esa estrategia y no diluirnos
en distintas vías que si bien persiguen un fin común, pueden llegar a chocar en
la práctica.
Con
el pasar del tiempo, he caído en cuenta que la MUD en realidad no tiene una
estrategia definida y consensuada sobre cómo debe concretarse el cambio de
Gobierno en Venezuela, tampoco la tuvo cuando la Sala Electoral arbitrariamente
le ordenó desincorporar a los Diputados del Estado Amazonas y por eso aceptó,
sin más, la decisión inconstitucional que le quitó la mayoría de 112 Diputados
en la Asamblea Nacional que ganó por el voto ciudadano el 6 de Diciembre de
2015; tampoco la ha tenido para enfrentar los graves, inconstitucionales y
antidemocráticos ataques que ha sufrido la Asamblea Nacional por parte de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia desde su instalación,
ataques que se han concretado a través de 9 decisiones de esa Sala, que han
lesionado gravemente la democracia en Venezuela; tampoco la tiene para
concretar la liberación de los presos políticos en Venezuela, presos que vieron
una luz el 6 de diciembre de 2015, pero ahora están, de nuevo, en la
incertidumbre, porque su libertad parece ya haber quedado en un segundo o
tercer plano de la agenda política de la MUD.
En
alguna ciudad dentro de mi itinerario de charlas y conferencias, tuve la
oportunidad de conversar con un importante integrante de la MUD y líder de uno
de los partidos políticos que integran el llamado G4 y (al charlar sobre
aspectos constitucionales relacionados con una Ley que estaba en discusión en
la Asamblea Nacional y sobre la vía constitucional que en mi opinión es la más
idónea para concretar un cambio de Gobierno en Venezuela), me sorprendió que en
la misma conversación me repitiera, al menos tres veces, que tal vez lo mejor
que podía pasar es que Nicolás Maduro siga, por los momentos, siendo el
Presidente de Venezuela y que los esfuerzos políticos y electorales, en su
opinión, deberían concentrarse en ganar las Gobernaciones y Consejos Legislativos
en las elecciones regionales que teóricamente serían en diciembre de este año,
para luego de ganado un importante y contundente número de Gobernaciones,
concretar el cambio de Gobierno en Venezuela, ya el año que viene, por una vía
constitucional. Como justificación para su planteamiento me dijo, entre otras
cosas, que “Maduro es el mejor jefe de campaña de la oposición”, en el sentido
que, por su pésimo gobierno, estaba haciendo crecer a la oposición venezolana.
Tal
vez por no ser un político y nunca haber pertenecido ni militado en un partido
político, hasta ese momento no me había percatado de las estrategias fatales
que pueden estar guiando a algunos integrantes de la MUD. Confieso que para mí,
ese día, comencé a ver muchas cosas en una forma muy distinta.
Nunca
he seguido a una persona o personas, sólo he seguido ideas, principios, valores
o ideales: ideales de justicia, equidad, democracia y libertad. En el camino me
puedo haber equivocado (seguramente y lo asumo), no soy quien para juzgar,
mucho menos para juzgarme, pero sí estoy consciente de mi derecho a expresar lo
que pienso y disentir de aquello con lo que no estoy de acuerdo.
Veo
con gran preocupación y hasta con estupor que la MUD hasta ahora no haya
logrado dentro de los diversos factores que la integran, llegar a una
estrategia unitaria, una verdadera estrategia para concretar al cambio que ya
con ansiedad y hasta con desesperación esperan, requieren y exigen muchos
venezolanos. Puede terminar siendo una estrategia fatal seguir haciendo
política aplicando la filosofía del personaje Eudomar Santos “Como vaya
viniendo, vamos viendo”. Ahora más que nunca está comprometida la dignidad y
vida de los Venezolanos, el futuro de los venezolanos frente a una dictadura
socialista que trata de revestirse en un manto de la legalidad.
Cuando
la dirigencia política tiene una agenda partidista, ajena a los intereses de
los ciudadanos y en la que privan las tácticas para acceder o mantenerse en cargos
públicos, por el cargo mismo, los ciudadanos comienzan a no sentirse
representados por esa dirigencia y entonces en ese punto pueden ser presa fácil
de la ansiedad, el pánico y la desesperación ante los graves problemas sociales,
económicos y humanitarios que viven actualmente día a día, todo lo cual puede
conducir a situaciones que lejos de contribuir a lograr el objetivo común que
todos tenemos: rescatar a Venezuela; lleven al país a circunstancias aún peores
que las que vivimos actualmente. Como siempre he indicado, en la vida y en la
política siempre se puede estar peor, nunca se toca fondo.
Hace
poco una ciudadana me comentaba con preocupación que al acercarse al Cabildo
Abierto que realizó la MUD el 19 de abril, le preguntó a varios de los
diputados allí presentes sobre la estrategia para lograr la libertad de los
presos políticos después de todo lo sucedido con la Ley de Amnistía. La
respuesta fue sorprendente para esta ciudadana: “después de lo que ha pasado, la
libertad y salida de la cárcel de los presos políticos será el referendo revocatorio”,
así le indicaron varios de los diputados a los que ella pudo consultar
directamente. Al día siguiente, 20 de abril de 2016 se estaba aprobando en
primera discusión el proyecto de Enmienda a la Constitución para recortar el
mandato constitucional de la Presidencia de la República. Dos días después el
TSJ volvió a arremeter contra la Asamblea Nacional con una inconstitucional sentencia en la
que prácticamente “interviene” el Parlamento y el Presidente de la Asamblea Nacional anunció
que el TSJ prepara una sentencia en contra del Proyecto de Enmienda
Constitucional.
“Inventamos todas las
estrategias con la esperanza de verlas resolverse en un acontecimiento
inesperado”.
Las estrategias fatales
Jean Baudrillard
la MUD no es seria, y no habla claro al pais quieren utilizar a los estudiantes que estan detenidos para conseguir un candidato que NO saben si el pueblo lo va aceptar estan demostrando que no tienen un plan de gobierno para resolver los problemas de todos los venezolanos
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ResponderEliminarEsto me convence que en la MUD hay políticos tatuados y entre esos esta Julio Borges
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